viernes, 3 de junio de 2016

Héroe a conciencia

Por Víctor Fernández Correas

Un héroe. Otro más. ¿Querencia por ellos? Quizás. Citius, altius, fortius y todo eso. Y no, no es español. Héroe a conciencia, perseguidor de un sueño. Hijo de buena familia, dejó unos estudios que lo encaminaban hacia un futuro gris pero seguro para hacer suyo un trozo de la eternidad. Y lo logró. Un premio, un desafío, conocer sus propios límites. Todo eso le llevó a ingeniar el artefacto con el que desafiar a la física y a la lógica de su tiempo. Donde todos fallaron, donde los fracasos fagocitaron nombres de leyenda, él triunfo. Gracias a eso le llovieron reconocimientos, parabienes. La gloria. Después abrazó el calor de lo que tanto soñó y a ello se dedicó con ahincó durante el resto de sus días. Sin dejar de levantar la vista al cielo, de escudriñarlo con los ojos de quien lo conoció mejor que nadie. Le debía todo lo que fue.


El personaje del post anterior: 24 de mayo, es Lucio Anneo Séneca